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miércoles, 18 de noviembre de 2015

Reflexión de un soñador

Hoy me encuentro entre pensamientos pasados, pienso en hace años y me golpea una ventada nostálgica. Recuerdo aquel profesor, aquel que todos hemos tenido, aquel que te hizo ver el mundo de otra manera. En mi caso, recuerdo como Víctor, así se llamaba, en el primer día de clase estaba apoyado en la mesa y en la pizarra como si de su eslogan se tratara escrito de su propia mano con una letra alargada, cuasi cursiva "PIENSA POR TI MISMO". Yo tenía doce años, esa fase entre infantil y juvenil en la cual crees poder con el mundo y hasta parte del universo. Pues el me abrió las puertas de mi castillo para la marcha de todo mi ejercito hacia la conquista. Formado por varios millones de conexiones neuronales, miles de contradicciones y centenares de sentimientos y sueños. No sabía donde iba, cual era mi rival ni el terreno en el que iba a luchar. Él nos enseñó que la importancia no estaba en el muro sino en las ganas de impulsarte que tenías, ya que ese era tu mejor aliado, esa locura irreal, y ésta iba a ser el enemigo más temido para el resto. Lo justificaba con el denominador común en todos los soñadores vencedores, aquellos que habían evitado críticas realistas por críticas de mejora y con su empeño llegaban al límite del hombre. Teniendo ejemplos de los idolatrados deportistas como Volt, Messi y Phelps; como un científico que ante todo pronóstico ha revolucionado el mundo, Stephan Hawking, como el creador de transformar sueños en imágenes, Walt Disney...
Y es que aquel año a su lado, aprendí a ser un soñador. 
Tenía 13 años, unos cientos de euros que mis familiares habían ahorrado para mi cumpleaños y navidades, los cogí y decidí seguir la corazonada, cree mi propia marca de ropa. Contra todo pronóstico en un año había duplicado el coste inicial, había conseguido unos beneficios para poder seguir teniendo los regalos y poder regalarles a ellos, a su confianza ciega en un joven emprendedor.
Por lo que quiero acabar este momento de reflexión con dos pensamientos:
1. No olvide aquellas manos del camino que te han hecho llegar a tus objetivos pasados, porque serán la motivación para seguir y concienciarse de que más manos vendrán si tu sigues soñando.
2. No seas realista, se crítico pero no pienses en la imposibilidad de las cosas. Si no conoces a nadie que haya intentado tu meta y se haya quedado por el camino eso es signo de que debes ser tu el primero en encontrar ese camino y debes darle fin.

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